viernes, octubre 17, 2008

EL REGRESO AL PRIMER AMOR

[De Fondo: Corinne Bailey Rae - Steady As She Goes]

No, hoy no hablaré sobre mujeres, ni sobre el mar, es más; no hablaré de cosas sofisticadas que quizá les interesen más que esto. Hoy hablaré de mi primer amor literario: los comics.

Muchos ya saben que de niño aprendí a leer gracias a ellos, que sin duda hay historias que me han cambiado la vida, que siempre son las lecturas exactas para una tarde de ocio, que a suerte de no dibujar bien; el cómic desvió mi camino a escribir, y como es en este caso, a escribir sobre ellos.

Quizá también me recuerdan mis etapas más nobles e inocentes, digo etapas porque está la de la niñez, que es como la etapa del enamoramiento, en donde descubres esas historias y esos héroes que habitaron en mi imaginación por un largo rato. Después vino la etapa “tras bambalinas”, pues gracias al naciente Internet, pude estar en contacto con gente que hace comics, que los escribe, que los edita y quienes lo viven intensamente. Le siguió la etapa de “la cruda realidad” donde vi la otra cara de la moneda, y quién lo diría, una muestra de lo que existe en todo gremio: divisiones, mala leche y mucha demagogia. Me asqueó lo que vi hasta que comprendí que así es en otros lados, pero cuando lo analicé, ya estaba muy lejos de la historieta, donde conocí gente muy valiosa, que me enseñó el valor de los sueños.

Entre la etapa dos y tres yo hice un proyecto de cómic llamado: los urbanos (por eso así es mi dirección electrónica en Hotmail), que al principio sólo era mis guiones hasta que conocí a un tipo que se lace llamar Draco. Vivimos cerca, él era un dibujante en ciernes y yo un escritor que necesitaba un dibujante. Yo terminé mis guiones y en casi 3 años no pudimos acabar un solo número porque este chavo nunca pudo con la chamba. Yo decidí dejar en paz la historia, porque también estaba desilusionado del medio.

Hace cuatro años conocí a Miguel Ángel, que vive (o vivía) en Veracruz; que es dibujante y en ese entonces no tenía mucha chamba; le mostré el proyecto y le gustó. Le di un guión corto de 8 páginas que dibujaría Draco y presentaría a alguna de esas editoriales chafas y en menos de un año me lo terminó, aún tengo esas hojas digitalizadas. Creo que es uno de mis pendientes: publicar ese pequeño cómic (sólo dejen encontrar cómo pongo los globos de diálogo).

No saben lo chido que fue escribir esa historia…

Esta semana entré a un taller de guión de cómic con BEF, novelista, escritor y amante de las historietas, y como trabajo final nos encargó hacer el guión de una pequeña historia de dos páginas. Al momento de volver a escribir tuve esa sensación placentera, un deja vu instantáneo a todas esas cosas que me hacen amar la narrativa gráfica, el describir las viñetas y el poner diálogos, fue como si regresara a mi primer amor.

Creo que debería retomar ese cómic de los urbanos; que eran unos super héroes en México, pero con todo lo que significa serlo, yo creía tener una visión distinta a la de los comics gringos que podría ser agradable al público mexicano. Era un soñador que escribía sus sueños enfrente de un monitor, no sé si aún quede algo de él en mi.

Nos vemos en el futuro.

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