martes, octubre 12, 2004

El Tlalocman y Yo. Parte 2

Segunda parte.
¿Quien es el Tlalocman?

La respuesta es sencilla , soy soy, o por lo menos la otra parte de mi. No sufro de personalidad múltiple pero no puedo negar que siendo el Tlalocman concientemente me comporto de una manera que usualmente no me comporto en público como Gerson.
Inicialmente el Tlalocman era una canción de un grupo mexicano de rock llamado Botellita de Jerez, compuesta por Armando Vega-Gil, Sergio Arau (si, el de un día sin mexicanos) y "El Mastuerzo"; esa canción de niño me impactó de tal modo que yo quería ser el Tlalocman, usaba sueteres como capa y máscara respactivamente, dibujaba en un cuaderno forma italiana comics del Tlalocman enfrentándose a villanos como un pollo gigante o cosas así. Parecía que sólo eran alucinaciones de un niño que no tenía nada que hacer en la vida y el Tlalocman quedó en el olvido... hasta hace siete años.
Todo comenzó cuando descubrí que alguien más en mi salón de preparatoria compartía mi gusto por las historietas, mi amigo se llama Cutberto Enriquez, entonces le empecé a enseñar mis dibujos que hacía del Hombre Araña, hasta que me preguntó ¿Por que no haces un cómic con tu propio personaje?Y sí, tuve una catársis hacia mi infancia hasta evocar a ese personaje inspirado en la rola de los Botellos, fue mi primera opción; en ese entonces empecé a crear la historia del personaje y entonces le pregunté a mi amigo "y si publico esto ¿Quienes serían mis competidores?"
Cutberto me prestaba, algunos ejemplares para tratar de responder a mi cuestionamiento, así me fui adentrando al mundo del cómic mexicano, a través de un medio que se me hacía novedoso y extraño en ese entonces: el internet, hasta contactar a Ulises Grostieta, un chavo que tenía una página web dedicada al comic mexicano contemporáneo, que me fue introduciendo a las convenciones del género; sin embargo no conocía a nadie, quería formar parte de un grupo que no me conocía.
En ese entonces, recibí un correo del creador de un cómic mexicano chido llamado Lugo, que me invitaba a un foro en internet (maldita sea, en ese entonces no sabía ni siquiera que era un puto foro) y entre al mismo, me pedían un nickname ... ¿Cómo chingados me pongo?Entonces el Tlalocman se volvió a apoderar de mí, esta vez de forma definitiva.
En ese foro conocí a gran parte de los creadores de la historieta, y aunque al principio sólo escribía una increible bola de estupideces sobre unir a un medio desquebrajado como es el del cómic mexicano, poco a poco me fui haciendo de un nombre (si a eso se le puede llamar de esa manera) y mi opinión fue agradando a muchos de ellos con quienes aun guardo una amistad... ¿No es algo raro?Me había convertido en protagonista de un medio en donde yo ni siquiera era dibujante profesional, y mis opiniones estaban a la altura de las gentes que yo admiraba como lector.
¿Cómo Gerson pudo haber logrado esto? Fácil, él no lo hizo. El Tlalocman lo hizo: Gerson es muy tímido, no es capaz de cambiar ni de tomar iniciativa, y piensa que su inteligencia no le sirve de nada porque no es audaz; El Tlalocman, era una persona sin ataduras, era alguien que no sólo actua escudado en la red, sino fuera de ella, no es un ente pasivo ni flojo, planea cada aspecto de su vida y es un idealista comprometido, y que no necesita ponerse cohete para tener algo de seguridad.
Tanto fue mi deseo como el Tlalocman, que olvidé las inseguridades de Gerson y contacté a un dibujante llamado Jorge Ossio "Draco", que casualmente vivía cerca de mi casa, y nos aventurarnos a hacer un proyecto juntos de historieta en donde yo sería escritor y él dibujante, sentía que nadie me podía detener y que pronto cumpliría todos mis sueños.
Era fabuloso tener un alias, ese síndrome de los super-heroes, de que eres un pusilánime guey que cuando te pones una máscara , te liberas de tí mismo y puedes recrearte para hacer algo. Logré mucho con ese nickname, desde conseguir una oportunidad para hacer entrevistas para un programa especial de cómics en una estación de radio, ser del comité organizador de convenciones de cómics. hasta conocer a personalidades como Humberto Ramos, y hasta ser inmortalizado en un cómic.
Poco a poco fui dejando a un lado al Tlalocman, parecería que el personaje sólo intervenía cuando era cuestiones relacionadas al cómic mexicano, en ese entonces ya estaba en la Universidad, debía una materia y parecía que mi vida se iba al carajo. Realmente lo extranaba, me faltaba esa seguridad que tenía para emprender cosas, ya no visitaba el foro donde me hice, el proyecto de cómic se estancó y no tenía tiempo de darle seguimiento, etc. Entonces me preguntaba ¿Acaso fue casualidad lo que hice como el Tlalocman?¿Qué acaso no es parte de mí y sus triunfos fueron míos porque éramos la misma entidad?
Tenía que encontrar un punto en el que Gerson y el Tlalocman debían unirse, mi vida necesitaba urgentemente encontrar las fuerzas necesarias para seguir y para enfrentar todos los problemas que tenía y si esas dificultades me consumían, esas dos entidades desaparecerían.
¿Cómo termina todo esto? Si seguiste leyendo esto, no te hará daño leer el final.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

tienes un blog muy interesante, saludos.

Anónimo dijo...

hey yo ya lo lei... es algo oscuro el libro pero vale la pena porque es muy corto BUENO IGUAL Y ES PORQUE SOY COME LIBROS!!!!

Ginny dijo...

Hola ¿de casualidad aún tienes contacto con Grostieta? Solo quiero saber como esta por que derrepente desapareció.